Es
probable que, mientras lees esto, estés en proceso de tomar una decisión
difícil y que condicionará apreciablemente tu futuro. Incluso puede que hayas
llegado a este blog y a este texto precisamente por eso.
Respecto
a esa decisión, puede ocurrir que tengas muy claro lo que quieres. Cada vez son
más las personas que eligen la Medicina Familiar y Comunitaria con el
convencimiento absoluto de que es lo que desean para sí. Si es este tu caso,
sólo nos resta decirte que te recibiremos con los brazos abiertos y un gran
orgullo.
Pero
también puede ser que no sepas muy bien qué camino tomar, que dudes entre
algunas especialidades; quizá incluso muchas. Y que esto te haga sentir la
ansiedad que produce el miedo a equivocarte, a que después de tantos años de
esfuerzo y tantos obstáculos superados en el camino sea tu propia decisión la
que te limite.
Si
tu caso es este (que es el de muchas personas); quisiéramos, ante todo,
transmitirte tranquilidad. Porque si no te equivocaste cuando decidiste hacer
la carrera de Medicina hace ya más de seis años, es muy complicado que te
equivoques ahora. Y cuantos más pétalos te resistas a arrancar de la margarita,
cuanto más incapaz te veas de elegir, mayor es nuestro convencimiento de que
podemos ayudarte.
Si
te gusta la Medicina de Urgencias y Emergencias pero te daría pena despedirte
de los pacientes sin poder controlar su evolución. Si te gusta el razonamiento
clínico y el diagnóstico diferencial pero también deseas abordar los
determinantes sociales de la salud de las comunidades. Si te apasiona la salud
mental y la entrevista clínica, pero también la semiología, la exploración y la
toma de decisiones. Si piensas que todos los integrantes de la comunidad
merecen una atención individualizada y centrada en sus necesidades. Si te atrae
la Atención a la mujer, al anciano, al niño, al adolescente. Si te gusta
intervenir y actuar de forma resolutiva, si te gusta esperar y observar la
evolución, si te gusta trabajar en equipo. Si te gusta la Medicina Rural y te
dispones a darle a cada comunidad la oportunidad que necesita para mostrarte su
valor.
Si piensas
que pueden gustarte muchas cosas y tu bloqueo mental se debe a que, a la hora
de tomar una decisión definitiva, te duele más aquella medicina a la que vas a
renunciar que satisfacción te causa la que vas a escoger y cuando inviertes tus
prioridades te pasa exactamente lo mismo; podemos elevar al 100% nuestra sospecha
de que la Medicina Familiar y Comunitaria es la especialidad para la que has
nacido.
Somos
la primera línea de asistencia del Sistema Sanitario. Quienes resolvemos más
del 90% de los actos clínicos. Quienes orientamos cada proceso diagnóstico y terapéutico
derivado a los especialistas focales. Quienes integramos todos esos procesos y
proporcionamos un seguimiento unificado y transversal.
Somos
accesibles. Cada individuo de la comunidad nos tiene como referentes para el
cuidado de su salud. Nos abren la puerta de sus casas. Nos cuentan sus
preocupaciones, sus miedos, sus expectativas. Las cosas que han vivido desde
que se encuentran mejor. Nunca dudan de que vamos a estar ahí.
Somos
longitudinales. Nuestra asistencia no empieza y termina con la enfermedad.
Empieza antes de la promoción y prevención de la salud y termina más allá de los
cuidados paliativos y la atención al duelo y a los cuidadores. Seguimos la
evolución de las personas que nos consultan. Acompañamos.
Somos
integrales. Empleamos la perspectiva biopsicosocial para analizar los problemas
clínicos y sus determinantes. Somos el tejido de armazón del sistema sanitario.
Ordenamos y priorizamos las intervenciones. Identificamos problemas y
planteamos respuestas adaptadas a las necesidades de cada individuo y cada
comunidad.
Actuamos
de forma coordinada y en comunicación constante. Entre distintos centros, con
la atención hospitalaria y con Enfermería. Somos imprescindibles en todas las
tareas de gestión e investigación y en todos los grupos de consenso.
La
Medicina Familiar y Comunitaria es el territorio de la oportunidad.
La
oportunidad de aprovechar cada ocasión, cada encuentro con los pacientes, para
realizar promoción de la salud. La oportunidad de prevenir, de anticiparnos a
la enfermedad, de preservar el estado de salud de la población por medio de la
intervención comunitaria y el cribado. La oportunidad de llevar las riendas del
diagnóstico diferencial, del tratamiento, del seguimiento de cualquier
patología. La oportunidad de formarte continuamente y de desarrollar tus
competencias y habilidades en aquellos terrenos de la Medicina que siempre te
hayan atraído, sin dejar de lado lo demás. La oportunidad de complementar este
conocimiento con el de tus compañeros para dar lo mejor a los pacientes. La
oportunidad de investigar, de aplicar el método científico en respuesta a las
necesidades de la población. La oportunidad de realizar docencia a los nuevos
compañeros. La oportunidad de devolver la confianza de la sociedad en tu esfuerzo
y tu juicio.
Y la
Medicina Familiar y Comunitaria es también el territorio de la responsabilidad.
La
responsabilidad de cuidar y acompañar. La responsabilidad de escuchar, informar
y decidir. La responsabilidad de conocer e individualizar, pero también de
integrar. La responsabilidad de actualizar el conocimiento permanentemente, de
estudiar, de disponer de la mejor evidencia posible en cada momento. La
responsabilidad de educar en salud a la población de manera constructiva. La
responsabilidad de gestionar, de ser la depositaria de los valiosos recursos de
la comunidad. La responsabilidad de evaluar nuestra calidad y tratar de mejorar constantemente. La responsabilidad de no perder nunca de vista la clínica, nuestros pacientes,
nuestra razón de ser.
En
palabras de WONCA, el especialista en MFYC es "El profesional que, ante
todo, es responsable de proporcionar atención integral y continuada a todo
individuo que solicite asistencia médica [...]. Atiende al individuo en el
contexto de la familia, y a la familia en el contexto de la comunidad de la que
forma parte, sin tener en cuenta la raza, religión, cultura o clase social. Es
competente clínicamente para proporcionar la mayor parte de la atención que
necesite el individuo, después de considerar su situación cultural,
socioeconómica y psicológica."[1]
"El
médico de familia no es un terapeuta familiar, sino un clínico que entiende y
asume la importancia trascendental de la familia sobre cómo y de qué enferman
sus miembros [...] "El médico de familia no es un epidemiólogo, sino un
clínico que reconoce la importancia del método epidemiológico y que lo utiliza
en su práctica diaria [...]" "El médico de familia no es un «agente
de desarrollo comunitario», sino un clínico que reconoce su sentimiento de
responsabilidad sobre la salud de la comunidad en su conjunto, así como la
importancia de la participación de ésta en sus problemas sanitarios para la
mejora de su nivel de salud." [2] apuntan Gallo et al en su
artículo "Perfil Profesional del Médico de Familia"
"El
médico de Familia tiene como misión realizar una atención médica integrada y
completa a los miembros de la comunidad." y "constituye la figura
fundamental del sistema sanitario." [3]
Constituimos
la figura fundamental del sistema sanitario.
Puedes
pensar que qué otra cosa iba a decir un blog de una Unidad Docente de Medicina
Familiar y Comunitaria. Pero esto último no es sino un extracto literal del
Boletín Oficial del Estado.
Para
cualquier duda o inquietud que tengas, nuestros canales están a tu disposición.
Tenemos
la seguridad de que, elijas lo que elijas, tienes un futuro brillante y ya has
ganado mucho con llegar hasta aquí. Por eso mismo, nos encantaría recibirte en
Salamanca y ser tu Unidad Docente estos cuatro años para ayudarte en el proceso
de convertirte en especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, la única
especialidad del sistema en la que no pondrás punto y final con un
"alta" a tu relación con los pacientes y sus familias.
- MPM
[1] Atención Primaria. Principios,
Organización Y Métodos En Medicina de Familia editado por Amando Martín Zurro, Juan
Francisco Cano Pérez, Joan Gené Badia